Definitivamente no hubo mejor momento que el del conflicto con los países vecinos para montar un superconcierto. Juanes anda de gira y lo mismo Miguel Bosé… Publicidad es lo que necesitan y eso fue precisamente lo que les sobró en la preparación de un acto patriótico con el que los artistas resultaron premiando la irresponsabilidad de gobiernos que pusieron en riesgo la estabilidad de cuatro naciones.
La empresa privada y los medios se volcaron también para darse pantalla con el evento de masas que congregó a cerca de 70 mil personas en el puente Internacional Simón Bolívar, entre Cúcuta, en Colombia, y San Antonio del Táchira, en Venezuela. Las chequeras de los industriales Carlos Ardila Lulle y Julio Mario Santodomingo, así como de un buen número de empresas, se desbordaron para sobrepasar la cifra de US$300 millones que costó la generosa iniciativa del paisa de “La camisa negra”.
Trescientos millones de dólares son, mal contados, unos 57 mil millones de pesos. Con esa plata, ¿cuánta hambre no podría calmarse en la misma zona de frontera, donde la etnia wayú pasa trabajos con sus mercancías y donde colombianos y venezolanos comparten el olvido de gobiernos centrales preocupados por otros asuntos?
Bien por Juanes y Bosé, que quedaron como héroes y de paso aseguraron los llenos para sus conciertos que pronto llegarán a las principales ciudades colombianas. ¿Será que algún día el paisa de “La camisa negra” ofrecería un concierto gratis para los desplazados y las víctimas de la violencia?... Si no hay publicidad y medios, eso es muy difícil. Obviamente, faltará de nuevo la mano de Julio Sánchez Cristo y su poderosa W.
martes, marzo 25, 2008
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