jueves, agosto 14, 2008
Un mundo sin camiones
No deja de ser reconfortante transitar por una carretera sin tener que ir detrás de un camión o una hilera de camiones.
Las carreteras son escenario de un conflicto que ya va para tres semanas sin solución a la vista. Hay opiniones divididas entre quienes apoyan las caravanas escoltadas por la Policía y quienes persisten en una protesta que puede traducirse en desabastecimiento y carestía.
Pasaron las gloriosas épocas en las que el peso de la carga la asumían los Ferrocarriles Nacionales, empresa industrial y comercial del Estado que tuvo un entierro de tercera en medio de escándalos de corrupción.
El ferrocarril en Colombia transportó el cáfe y hoy sigue llevando el carbón en la Costa Atlántica. Son célebres las referencias que hace Gabriel García Márquez de un tren infinito que sacaba bananos de Macondo y que después de la masacre de 1928 cargó muertos hasta el mar.
En el suroccidente, el Ferrocarril del Pacífico conectaba a Buenaventura con Cali y el resto del país. Hoy quedan apenas los vestigios de rieles que envejecen con el sol.
Ahora, son los dueños de los tractocamiones los que ponen las condiciones y tienen al país sin insumos ni alimentos. Resulta insólito, eso sí, que los mismos choferes lleven a sus esposas e hijos al sitio del conflicto para quedar como víctimas luego de los enfrentamientos con la fuerza pública.
No voy a terciar en la polémica. Lo único que quiero expresar es que hay una posición arrogante de parte y parte. La historia y las malas decisiones nos condenaron a estar sin tren. Es grato viajar sin camiones...pero también preocupa la irresponsabilidad con la que los camioneros manejan la protesta social.
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miércoles, agosto 13, 2008
jueves, agosto 07, 2008
"Patada de ahogado" con la primicia de la Operación Jaque
Por JORGE MANRIQUE GRISALES
Cuando se revelaron las imágenes inéditas de la Operación Jaque que permitió la liberación de 15 secuestrados en poder de las FARC, más de un director de medios se rasgó las vestiduras diciendo que no era correcto que un solo medio, en este caso el Canal RCN, tuviera acceso al material… Todo se reduce al “pataleo”, pues así se diga que la “chiva” no es importante, sigue doliendo mucho cuando alguien se anota una primicia informativa.
El asunto tiene varios aspectos que vale la pena analizar. El primero es el control de la información. Hoy, la tecnología le permite a cualquier ciudadano grabar un acontecimiento en su celular. De hecho, las impactantes imágenes de las torturas en las cárceles iraquíes por parte de las fuerzas estadounidenses no fueron fruto de los acuciosos periodistas de CNN o la ABC. Las revelaciones se conocieron en Internet a través de videos grabados por los mismos soldados norteamericanos en sus celulares.
Otro aspecto tiene que ver con lo que Ramonet denomina la mercantilización de la noticia. Son los mismos medios los que se han vuelto en una oportunidad para quien tenga el video del OVNI captado con la camarita casera. Se pagan sumas absurdas, pues la “chiva” se tiene o no se tiene y punto.
Causó curiosidad ver como después de conocidas las imágenes de la Operación Jaque, periodistas como Darío Arizmendi, director de “6 a.m., Hoy por Hoy”, reclamaban con vehemencia un castigo ejemplar para quien le entregó las imágenes al Canal RCN. Ya no había nada que hacer. La noticia le había dado la vuelta al mundo y el crédito fue para quien la publicó primero.
Ahora bien, la competencia de RCN, sintió un ligero consuelo cuando en la Casa de Nariño se leyó un inocente comunicado anunciado las consabidas investigaciones exhaustivas. Hasta el propio Darío Arizmendi pregonaba a los cuatro vientos las palabras del ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, calificando la entrega de las imágenes a un medio de comunicación como “un acto de traición a la patria”. Lo cierto era que el especial de RCN seguía siendo la noticia del día.
Me pregunto si también fue traición a la patria, en este caso a los Estados Unidos, el hecho que William Mark Felt, número dos del FBI, más conocido como “garganta profunda”, le diera pistas a los periodistas Carl Berstein y Bob Wooward para que destaparan el escándalo Watergate que a la postre provocó la renuncia en 1974 del presidente Richard Nixon, quien se hizo reelegir gracias a maniobras sucias, pagadas con dineros públicos.
Como periodista recuerdo muy bien cuando un grupo élite del Ejército dio de baja el 2 de diciembre de 1993 a Pablo Escobar en Medellín. A todos nos tocó trabajar muy duro buscando los detalles de la que en ese momento era noticia más importante del mundo. Todo lo hicimos muy bien, pero el único medio que sacó en primera página la foto del cadáver de Pablo Escobar fue El Tiempo. Eso sí que dolió. Hasta un ingenuo jefe de información de la época anunció que iba a solicitar a la Procuraduría una exhaustiva investigación para saber quién le había dado la foto al periódico de los Santos o cuánto se había pagado por la “chiva”. Que yo sepa no han condenado a nadie por la foto de Escobar. Igual pasará con la lapidaria frase del ministro Santos con respecto a la Operación Jaque. Lo más claro de todo esto es que con las imágenes del Canal RCN el país volvió a sentir el alivio de saber que 15 colombianos regresaron al seno de sus familias gracias a una argucia bien tejida por el Ejército….Lo demás es “patada de ahogado”.
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