Nunca se sabrá cuántas personas marcharon en todo el mundo en contra de las Farc. Los medios especulan y quienes quieren sacar partido de la importante movilización ciudadana hacen cuentas alegres.
De todo esto, es indiscutible un hecho: el poder de la tecnología como detonante de la acción social. Ya se habían visto campañas montadas en Internet para bloquear el consumo de productos como Pepsi o la gasolina expendida por Esso y Mobil.
Hace poco un comunicador presentó en un congreso internacional el impacto que en Internet causó un rumor sobre la presencia de sustancias tóxicas en la bebida Dasani, producida por Coca Cola. En Argentina, la noticia se regó como pólvora y fue la denominada red de redes el medio que movió la voluntad de compra de al menos un cuarto de la población.
Veamos las matemáticas: Los portales de la multinacional en Buenos Aires recibieron en una época al menos 400 mensajes diarios de consumidores indagando por el supuesto problema. En una semana la cifra ascendió a 2.800 que multiplicados por cuatro dan un total de 11.200 consultas al mes. Se estima que cada persona que consultó influye en al menos otras 11 personas y, a su vez, esta segunda generación riega el rumor en al menos otras seis personas… Para no ir más lejos, se estima que en cuatro meses el tema quedó instalado en la mente de al menos 8 millones 870 mil 400 personas, correspondientes al 25% de la población total de Argentina.
De acuerdo con los datos de Coca Cola en Argentina, uno de cada tres consumidores conoce los rumores, y de ellos el 60% lo considera verdadero.
El todopoderoso Facebook se encargó de hacer la convocatoria de la marcha contra las Farc en todo el mundo. La respuesta fue multitudinaria. Esta quedará registrada en la historia como una de las más grandes comunidades virtuales en procura de una movilización ciudadana.
Las matemáticas de la marcha convocada por Internet, como el caso de los consumidores de Dasani en Argentina, funcionaron en progresión geométrica… Sin embargo, hay que mencionar un detalle: Coca Cola, como la gran afectada, no respondió a las inquietudes del público… Ojalá no pase lo mismo con las FARC, aunque es muy probable que para la guerrilla también funcione la estrategia de la multinacional gringa de hacerse sorda.
miércoles, febrero 06, 2008
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