La proliferación de negocios informales para captar dinero del público resulta apenas explicable en tiempos en que los bancos se la quieren ganar todas.
Una clienta comentaba a una cadena radial como la entidad bancaria que maneja y, de paso, se beneficia de su plata, le cobra por todo concepto: por retirar dinero, por administrar sus tarjetas, por el impuesto del cuatro por mil… En fin son demasiadas mordidas que estas entidades le dan a los ahorros de la gente.
Como si fuera poco, los bancos son las únicas entidades a las que no les pasa absolutamente nada en tiempos de crisis. Si suben o bajan las tasas de interés, sencillamente se acomodan a las condiciones del mercado preservando sus multimillonarias ganancias. Al final, los que terminan pagando los altibajos de la economía somos quienes algún día sacamos la platica de debajo del colchón para confiársela a la todopoderosa banca que hoy es un negocio global.
Es normal recibir llamadas de los bancos ofreciendo créditos y paquetes que incluyen tarjetas, chequeras y refinanciación de las deudas. Los intereses por la plata guardada no se ve, pues en los extractos es claro que los usuarios siempre salimos a deberles a los banqueros el favor de tener allí nuestros ahorros. Otra cosa es cuando usted tiene un crédito para cualquier cosa… Al final termina pagando hasta más de tres veces la deuda, sin ninguna compasión.
El cantor argentino Facundo Cabral compuso un verso que hizo furor en los años ochenta en sus conciertos por el mundo: “Quien es más ladrón, hermano, los que roban un banco o aquellos que lo fundaron”.
miércoles, enero 30, 2008
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